Sin nada que hacer, un día decidí leer Cenicienta pues es algo raro en mi ya que no soy de leer aquellas historias de princesas y príncipes, pero mientras leía Cenicienta entendí que nuestra vida es similar a aquella historia...
Comencemos recordando un poco de aquella historia demasiada conocida…
“Hubo una vez una joven muy hermosa quien no tenia padres, vivía con su madrasta & sus hermanastras. Su madrastra era muy mala con ella y mandaba a Cenicienta a que haga todo el trabajo de la casa, mientras que sus hermanas no hacían nada. Aunque Cenicienta era muy hermosa, ella creía lo que su madrasta le decía, lo cual no eran cosas bonitas”
Eso me hizo recordar a que muchas veces como cristianas nos quejamos o no nos gusta el lugar donde nos puso Dios, que muchas veces como cristianas aceptamos comentarios equivocados de nosotros mismos y nos vemos como la gente piensa de nosotros.
Pero como siempre digo “No importa lo que la gente piense de ti, no tengo que creer a lo que la gente dice de mí, solo me tiene que importar y solo tengo que creer lo que DIOS dice de mí”
Volviendo a la historia…
“Un día el mensajero del Palacio anuncio que el Príncipe daría una gran fiesta a la que todas estaban invitadas”
.. Y eso es lo mismo que pasa con nosotros.. Todos estamos invitados a ser parte del reino de Dios cuando decidimos que Jesús entre en nuestro corazón como nuestro Señor y Salvador.
Pero muchas veces también como otras personas que saben quién es Jesús, pero nunca han tenido un encuentro personal con él, nunca lo han conocido cara a cara.
“Llego la invitación y Cenicienta no puede ir, hasta que aparece la hada madrina”
La hada madrina me hizo pensar en el Espíritu Santo, quien siempre está con nosotros y nos ayuda en nuestra vida como cristianos, y eso paso con Cenicienta, La hada madrina hizo de todo para que ella vaya al baile, logro convertir la calabaza en carroza, las ratas en caballos, etc. Le advirtió que no podía pasarse de la media noche porque sino todo volvería al estado original.
Y eso pasa exactamente con el Espíritu Santo, el siempre llega en el momento perfecto para ayudarnos, el logra convertir lo malo en bueno, toma nuestras debilidades y los convierte en habilidades, talentos y lo usa para su gloria.
“El príncipe se quedo sorprendido de la belleza de aquella joven”
Y así es como Jesús se siente cuando entramos en presencia con él, cuando aceptamos que el reine en nuestro corazón, El desea que cada uno de nosotros se sienta como si fuera el único por quien el murió.
“La madrastra y las hermanastras miraban con envidia y celos a aquella joven que bailo toda la noche con el príncipe”
Muchas personas como aquellas hermanastras que miraban con envidia porque ellas querían casarse con el príncipe, muchos amigos o personas de nuestro alrededor se burlan de nosotros o nos menosprecian cuando estamos felices bailando con Jesús en nuestros corazones, se alejan de nosotros cuando mencionamos “soy cristiana”.
“Cenicienta bajo las escaleras del palacio dejando atrás el zapato de cristal”
Me pregunto por qué no cambio el zapato de cristal y lo demás si? Y es porque en nosotros aquel zapato representa que el Espíritu Santo en nuestros corazones, porque después de todo lo que podemos hacer, después de esas veces que queremos renunciar a todo porque no aguantamos los problemas, humillaciones, burlas, el espíritu santo nunca nos deja porque desde que decidimos entrar a la presencia de Jesús, el Espíritu Santo nos marca con su sello.
“El príncipe va en busca de la joven a quien le encajaba el zapato y en la búsqueda larga encajo en el pie de Cenicienta perfectamente y se casaron y vivieron felices para siempre”
Eso me recuerda a que siempre Jesús me encuentra y me vuelve a enamorar, y que cuando me decidí entregarme por completo a él y entendí que soy digna de él, ahora yo vivo feliz por siempre a su lado”.
¿Cuántas veces te has sentido como Cenicienta, menospreciada y olvidaba? ¿Has pensado que has perdido tu zapato de cristal? ¿Te preguntas si aparecerá tu príncipe Jesús y te encontrara siendo digna de él?
Jesús desea que estemos seguras de su amor incomparable e incondicional, que cuando tu decidiste aceptar la invitación de Jesús, el nos envió al Espíritu Santo y aquel “zapato de cristal” para Cenicienta, para mi es la prueba de que hemos recibido su regalo de salvación!
Hoy si has pensado apartarte de Dios o si nunca has aceptado esa invitación de Jesús para tener un baile real con él, hoy te invito a que puedas pensar en lo escrito y que puedas dejar que Jesús vuelva a entrar a tu vida y vivir feliz para siempre.
Lucha por tu herencia como princesa que eres!
Lucha por tu herencia como princesa que eres!